miércoles, 6 de mayo de 2009

Jugando a Ser Docente (I)

I.- LAS PRIMERAS EXPERIENCIAS

Tal vez las primeras experiencias se remontan a mi infancia hoy lejana, o a mi juventud, después de haber recibido la ayuda de mi primo Elías Labrador, quien me preparó para reparar matemáticas de 2do año. Sin embargo narraré las experiencias formales y no formales desde mi visión profesional.

Desde este punto de vista, y al tiempo de haber cumplido mi entrenamiento como Investigador en el FONAIAP, nunca podré olvidar la oportunidad que me brindó Venancio Barrientos de ser la contraparte conferencista sobre el Cultivo del Sorgo Granero, en Trujillo, la Capital del Estado. Se habían pautado dos conferencias, la primera para Técnicos del Ministerio de Agricultura y Cría, y la segunda para estudiantes de la Universidad de los Andes.

Para aquel entonces se conjugaban varios elementos de enseñanza-aprendizaje, había aprobado el curso introductorio y el primer semestre de la Universidad Abierta (UNA), evaluaba los procesos vividos en la Facultad de Agronomía de la UCV, en los que básicamente contaba con los elementos Teóricos, prácticos y de campo. Quedó cifrado en mi alma, la paciencia y amplitud del Tutor de mi Tesis de pregrado: El Dr. Bruno Mazzani (cada vez que me acuerde de tí elevaré una bendición al cielo), y la dedicación y maestría de Venancio Barrientos. Pienso que sería difícil encontrar un profesional con tantas cualidades para hacer transferencia y extensión tecnológica como Venancio; egresado de la Universidad del Zulia (LUZ), era un maestro en el campo tanto para los productores como para uno mismo, una enorme sensibilidad social, su sencillez.

Para ese entonces ya confluían en mi mente las ventajas del pensamiento concreto en el ámbito aprender haciendo. Fue así como preparé mi parte de la conferencia, la del manejo agronómico del sorgo lo mejor que podía con los recursos disponibles.

El rotafolio era un recurso muy adecuado para ese entonces, aún cuando contábamos con retroproyector, pero adicionalmente había preparado material vivo (semillas, plántulas de todos los tamaños, plantas con las características claves para definir los diferentes estados de crecimiento del cultivo y que permitan indicar los manejos que deben considerarse durante el ciclo y también contábamos con proyector de diapositivas.

La primera anécdota surgió cuando nos tomábamos el café mañanero en un corredor de un precioso hotel, y mirando hacia la pared colindante, en perspectiva, le dije a Venancio que mirara el techo de la casa vecina, parecía que sorgo crecía hasta en el techo.

El acontecimiento nos pareció increíble que una vez tomado el café nos dirigimos hacia la casa vecina.

Bueno, la casa no era casa sino una de las instalaciones de la ULA; y el sorgo no estaba en el techo, sino que sembrado en fila, entre la orilla de la pared y el camino de entrada al estacionamiento de las instalaciones.

Las plantas habían crecido de una manera exuberante, estimamos que tendrían como 4 metros de altura. Eso nos produjo risa y nos explicamos el gran crecimiento, además de las características de una variedad forrajera, la inducción al crecimiento vegetativo debido a altura sobre el nivel del mar, las temperaturas relativamente bajas de Trujillo y estarse desarrollando en los días largos del año.

Debo reconocer que esas conferencias estuvieron llenas de satisfacciones. El interés de las personas, las preguntas, el reconocimiento del trabajo, todo generó una gran confianza para eventos posteriores.

La anécdota de la mañana, en la que nos preguntamos, ¿qué vamos a enseñar de sorgo a estas personas que lo cultivan hasta en el techo? además de la hilaridad generalizada fue un buen elemento para romper el hielo.

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